
Durante muchos años la consideraron una escritora conservadora. Sin embargo, los textos de Jane Austen (Steventon, 1775 – Winchester, 1817) esconden mucho más feminismo entre líneas del que uno pueda imaginar en un primer momento. La candidez de sus obras es meramente aparente.
Ambientados en la burguesía rural, todas ellas giran entorno al matrimonio y hacen crítica de él. Austen refleja cómo las mujeres de su época tenían como principal meta el matrimonio, sin importar demasiado si había o no amor en él. La autora reflexiona así sobre la educación de la mujer y sobre el largo camino que le queda para poder disfrutar de libertad y de un mundo igualitario.
Las obras de Jane Austen giran entorno al matrimonio y hacen crítica de él
Austen fue la séptima hija de George Austen, el párroco anglicano de la localidad de Steventon, y de su esposa Cassandra. El reverendo ganaba un sueldo extra dando clases particulares a alumnos que residían en su casa, por lo que, de un modo u otro, la joven creció rodeada de libros.
La familia estaba formada por ocho hermanos, siendo Jane y su hermana mayor, Cassandra, las únicas mujeres. Eran uña y carne y se escribían siempre que estaban separadas. En 1783, ambas acudieron a la casa de la Sra. Cawley, en Southampton, para proseguir su educación bajo su tutela, pero tuvieron que regresar a causa de la propagación de una enfermedad infecciosa en la localidad. Dos años más tarde ingresaron en un internado en Reading que la joven recreó años más tarde en su novela Emma.
El internado en el que estuvo junto a su hermana Cassandra fue recreado años más tarde en su novela ‘Emma’
En sus inicios, Austen escribía para el divertimento de su familia pero nunca imaginó que le acabarían reconociendo su trabajo. Entre 1795 y 1799 redactó las primeras versiones de las novelas que luego se publicarían con los nombres de Sentido y sensibilidad, La abadía de Northanger y Orgullo y Prejuicio. De esta última, su padre quedó fascinado y la envió a una editorial para que la publicara. Sin embargo, la obra fue rechazada al haberla escrito una mujer.
En 1800 su padre se jubila y se muda con su familia a la ciudad de Bath, lugar que Jane no apreciaba demasiado. En esa época pasaban los veranos en la costa. Fue en uno de ellos cuando un hombre, del que no ha trascendido la identidad, se enamoró de ella. Al partir, decidieron volver a verse, pero él falleció poco después. Sobre esta relación, la británica no habló en ninguna de sus cartas pero se sabe de ella porque Cassandra la explicó a sus sobrinas. Los expertos creen que esta dolorosa historia le inspiró para escribir la novela Persuasión.
Ni Jane ni Cassandra pasaron nunca por el altar
Más allá de este misterioso hombre, no hay pruebas de que Jane fuese cortejada por nadie más. Sin contar, claro, con su amor juvenil Thomas Lefroy, un pariente irlandés de una de sus amigas. Cuando cumplió 21, escribió a Cassandra explicando que todo había terminado, pues él no podía permitirse una boda por motivos económicos.
Tampoco debemos olvidar en su biografía el efímero paso de Harris Bigg-Wither, quien acabó pidiendo matrimonio a Jane. Ella dio su consentimiento aunque al día siguiente rompió su compromiso y se marchó de nuevo con Cassandra a Bath. La hermana por entonces estaba comprometida con Thomas Fowle, que murió de fiebre amarilla en el Caribe en 1797. Fue hasta allí como militar para obtener y así poder casarse. Algo que nunca ocurrió. Ninguna de las hermanas pasó nunca por el altar.
En enero de 1805 murió su padre, dejando a su mujer y a sus hijas en situación de precariedad económica, pues sus ingresos habían venido de su posición de párroco, y una vez muerto, estos cesaron. Dependían económicamente de sus hermanos, y de la pequeña cantidad que Cassandra había heredado de su prometido.
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